Hoy fui a uno de los lugares donde realizaré mi práctica profesional; un colegio a los pies del cerro desde donde se puede ver santiago en toda su majestuosidad. Bajarme de la micro con las palabras amables del chófer y ver ese paisaje maravilloso me hizo sentir muy afortunada. Transito por espacios hermosos cuando me alejo un poco del laberinto de cemento.
No me sentí aceptada, ni querida, ni útil en el colegio.
Ya hay un equipo, una forma de trabajo, amistades hechas
¿como calzar ahí?
La tristeza comenzó a invadirme de a poco, comencé a recordar que las personas y los lazos sociales no son mi fuerte, que las conversaciones realmente no se me dan y que, aunque quiera negarlo, siempre siento el vacío que dejo entre los demás y yo...
Hay tanto espacio ahora aquí.
Entonces mientras me perdía en mis cavilaciones y observaba como si nada las dinámicas misteriosas que mueven el comportamiento infantil. Un pequeñito de kinder se me abalanza, me abraza por la cintura y me dice "la quiero tía". Así, sin más. Sin ningún motivo, sin ninguna razón, solo por haberme visto ahí. Acaricié su cabeza con mi mano y me quedé así un rato hasta que el pequeño volvió a su asiento a seguir las instrucciones de la profesora. Un momento extrañamente hermoso.
¿Cuantos días he estado llorando por un abrazo que no llega?
¿Cuantos meses llevo pidiendo un apoyo que no existirá?
Y viene este niño de la nada y me abraza solo porque si... y siento que me pide ese apoyo y ese cariño, su abrazo me habla y mi trabajo tiene sentido...
La vida tiene formas extrañas de animarnos... quizás no nos da lo que queremos... pero nos da lo que necesitamos.
miércoles, 9 de abril de 2014
martes, 8 de abril de 2014
Te caes de mí, palabra vacía.
Intentas convencerme que no hay herida,
Convencerlos a ellos que la sonrisa es cálida
Y el mirar no está en los ojos ausentes.
En un pestañeo cae una vida.
En tu negrura, mi esperanza.
En el frío que ahora me invade
La muerte que ansío me devora.
El segundo avanza, la espera se lanza
Beso el recuerdo del futuro olvidado
Y salto
…Y salto.
miércoles, 26 de marzo de 2014
lunes, 24 de marzo de 2014
miércoles, 19 de marzo de 2014
domingo, 16 de marzo de 2014
martes, 11 de marzo de 2014
Leo tu último mail cada dos o tres
días. Cuando estoy triste duermo con tu polerón gigante que dejaste abandonado
en mi casa (a mí me queda gigante, caigo dos veces y media en él). Cuando abro
la caja de la leche, siempre me acuerdo que tú me dijiste que no eran
necesarias las tijeras para abrirla “¿para qué crees que es la línea punteada?”
preguntaste… yo no respondí pero pensaba que era para mostrar el camino donde
debían pasar las tijeras. A veces tomo la mariposa de mi cadenita e intento
moverla, pero no puedo porque una vez se salió y tú la arreglaste y la dejaste
presa en un eslabón de la cadena; ahora no puede dar vueltas por toda la
cadena, pero la tomo y muevo toda la cadena con ella y me da cosquillas en el
cuello. Escribo al menos dos veces a la semana cosas que no te mando y me leo
libros de Bukowski cada vez que te echo de menos...
Ayer me di cuenta que cuando uno se aleja de
alguien realmente no es el adiós, el adiós de verdad es cuando viene otra
persona a tu vida y debes decidir si le abres las puertas y dejas que intente
rehacer el jardín o pasas de eso y sigues en tu vida llena de recuerdos y de
cosas que no serán… Pero creo que tu polerón es demasiado reconfortante y que
me gusta sonreír cada vez que abro una caja de leche y que es agradable sentir
cosquillas y pensar en ti y que en realidad Bukowski no está nada de mal…
sábado, 8 de marzo de 2014
La
nostalgia me devora cada mañana. Es cansado despertar día por medio con la sensación
de tu cuerpo bajo el mío. Es así; abro los ojos y toda yo estoy en esa posición
de medio abrazo: mi brazo rodeándote, mi pierna sobre ti a la altura de la
entrepierna y mi cabeza apoyada en tu pecho. Despierto en esa posición y siento
tu olor (¡oh! ¡Como amo tu olor!) y
busco tu cabeza, quiero acariciar tu pelo suavemente pero no lo encuentro y
abro los ojos y no estás allí. Entonces recuerdo que la vida no es un sueño y que
llevo meses sin ti, que mi corazón aún duele y aún te ama. Entonces veo que es
otro día que resistir. Me levanto y veo
mi cama a lo lejos, recuerdo cuando estabas en ella junto a mí. Recuerdo la
última vez que te vi; solo, de espaldas a la puerta. La noche anterior me había
dormido llorando en la otra habitación, el miedo y la rabia se habían mezclado
de una forma extraña en mi corazón, pero entonces te vi ahí, dormido como un
niño y solo pude acostarme a tu lado y abrazarte y besarte... Pero hoy no estás
y mañana tampoco. Y me pregunto cuanto
más podré sobrevivir sin ti, cuanto más me despertare con esta sensación solo
para enfrentar el vacío que has dejado en mí…
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Me gustaría poder explicarte lo difícil que me resulta hablar... Hablar y que me escuchen... Hablar y escuchar mi voz... Es como si al habl...
-
( 16 , 17 , 18 , 19 , 20 , 21 , 22 , 23 ) Llevo la mirada hacia atrás y descubro antiguos mundos que son parte de este; la felicidad a...
-
Algún recuerdo olvidado se ha clavado en mi pecho y ha abierto una herida demasiado grande. Mi pecho es ahora un vacío profundo del que s...