(Quizás nunca leas las siguientes palabras. Haré como si fuera así; como si nunca leyeras lo que voy a escribir, es la única forma de escribirte sin culpas)
Sigo
sin olvidarte
Sigo
amándote
Y no
obstante,
Todo ha cambiado.
He dejado de soñar contigo
cada noche y despertar llorando tu ausencia. He dejado de pensarte en mi futuro
y de dar mil vueltas a nuestra historia que no fue. Incluso he logrado aceptar que lo que pasó…
fue lo único que podía pasar.
No podía pedirte más.
De alguna forma, los pequeños
pedacitos que quedaron de mi cuando te fuiste… han logrado unirse con algo de ayuda
(mucha, mucha ayuda). No soy la misma de
antes…He cambiado.
He cambiado
Porque la vida exige
que cambiemos con ella.
Me gusta como soy
aunque también extrañe un poco a la yo de antes.
Ya no dueles, ni duele
la parte de mí que se fue contigo.
Me he liberado al fin
del dolor que cargaba.
Espero algún día poder verte de nuevo sin que
la imagen de ese niño perdido me conmueva por dentro.
Porque espero que logres
superar a ese niño sin padre que siente que es su culpa esa ausencia,
que es su
culpa ese “fracaso” con ella,
que es su culpa todo el dolor…
que no será su
culpa que otro niño quede perdido sin padre…
Quiero al menos
liberarte de la culpa de haberme destrozado.
Nunca estuve más viva
ni aprendí más de la vida que desde que me dejaste.
Tenías
razón.
Te
amo
y no estoy ni un poco enamorada de ti.
Espero que logres ser
feliz en la vida que elegiste, que hagas lo que prometiste y aprendas en esta
vida todo lo que haga falta. Ahora creo que puedes… que puedes ser feliz; solo elegiste otro
camino, uno que yo no hubiese elegido… pero uno que es tuyo, que puede llevarte
lejos si dejas de buscar castigo por culpas que no tienes…
Yo tengo ahora otro
camino también… uno que se aleja de nuestros planes febriles de vivir juntos
lejos de todo, uno donde no tengo hijos frutos del “amor verdadero”, ni aprendo
a cocinar para ti. Uno donde estoy yo y un mundo de posibilidades…
donde estoy
yo queriéndome mucho,
aprendiendo,
sanando,
amando…