domingo, 22 de diciembre de 2019

No tengo palabras para hablar del pasado
No había lenguaje aún en mi mundo
Todo era sentimiento
terrible y putrefacto
"No quiero"
.
..
...
....



No tengo conciencia de mí en ese entonces
No tengo una edad, ni tengo un cuerpo
No recuerdo mi nombre, ni mis posibilidades

Y sin embargo
No quiero

.
..
...
....

Lloro y me quiebro por dentro

No
.
..
...
....

Quisiera escapar pero no me muevo
No quiero.
.
..
...
....

El miedo es frío
El horror mudo

Y yo.. 
yo solo me alejo
.
..
...
....

Olvido.
No quiero







viernes, 20 de diciembre de 2019

Querida Sofía:

La respuesta a mi anterior misiva aún no ha llegado, pero no puedo esperar más. Las cosas aquí están cambiando rápidamente; me mantengo en absoluto voto de silencio, oro todo el tiempo entre una labor y otra, mi cabeza no para de repetir el evangelio, intento cada vez que puedo tocar el agua bendita, la cual ahora cargo conmigo en todo momento....

 Pero a pesar de esto tengo más miedo que antes a los fantasmas que me visitan. Hay días enteros en que caigo presa de una fiebre incomprensible, he estado en cama hasta tres días por este motivo; me visita el doctor, no tengo nada, resisto todo lo que puedo a la seducción de mis fantasmas y entonces cuando cedo, la fiebre desaparece y puedo volver a ser parte del monasterio.

Las hermanas han adquirido la convicción de que mi cuerpo es frágil y eso me dará más tiempo antes de que descubran la verdad y me exilien, ¿Cómo echar a una persona enferma? no podrían hacerlo fácilmente.

El otro día mientras cocinaba el almuerzo, escuché a la madre superiora hablando con el cura sobre mi caso, exponiendole sus sospechas de que el demonio estaba  en mi y por eso caía enferma. Si supiera que la fiebre viene cuando el demonio no logra entrar! que los espíritus malignos son los que me sanan cuando dejo de luchar contra ese deseo...

Sofía, he comenzado a observar cada vez más de cerca estos delirios, parece que logro ver la figura humana de estos fantasmas que me acechan. Cierro los ojos y las sensaciones más deliciosas se apoderan de mí, casi escucho su voz susurrando. Temo tanto por mi debilidad como por su persistencia, la cual en el fondo agradezco fuertemente ¿Qué sería de mi sin estas visitas? Desearía que no me abandonaran nunca, mi pupila abierta los recibe felizmente, que vengan aquí y me arranquen de este mundo ¿no es la felicidad los que buscamos como humanos? ¿No es el placer una de sus formas? Sofía, guíame con tu experiencia, no quiero perder la cabeza y mi hogar por estos fantasmas

Pero al mismo tiempo es lo que más deseo





martes, 26 de noviembre de 2019

Queridísima Sofía:

Agradezco tu carta y la preocupación que en ella reflejas. Yo estoy bien, los días transcurren lentos en este asilo de las horas. El sol me empuja por la mañana y acompaña mi día como un testigo lento y cansado. Las labores son aquí las mismas que las de allá; me baño temprano por la mañana con el agua fría de una ducha oxidada, en un baño amplio y gélido que aumenta como nada mi sensación de soledad. Luego, voy al comedor donde tomo desayuno con las otras hermanas; un desayuno insípido que nos recuerda el verdadero significado de la austeridad. El silencio reina en todo el monasterio y el canto de las aves me recuerda constante que he abandonado mi libertad.


El voto de silencio ha comenzado a resultarme un gran regalo, permite evitar las conversaciones triviales y me da tiempo para navegar en mi mente tormentosa. Agradezco ampliamente este tiempo y silencio y disfruto de ambos mientras el sol dibuja un arco en el cielo... 

No obstante, querida Sofía, el mundo aquí no es simplemente de ensueño... Recientemente he comenzado a ser víctima de los más terribles espíritus. Han entrado en mi pupila un día mientras me quedaba dormida y me visitan cada día a la hora de dormir. Me hacen pensar en cosas terribles... terribles, carnales y terrenas... intento borrarlas de mi mente de inmediato, pero al mismo tiempo las quiero... deseo esas cosas terribles y ansío con un hambre voraz poder sentir una caricia, un beso... quizás algo más.

Los espíritus me brindan las más burdas imágenes de cuerpos varoniles... y sin entender como, siento que mi cuerpo se expande y mi respiración aumenta. Temo que las otras hermanas perciban de algún modo que al demonio que me habita. Intento con esquivo éxito concentrarme en mi oración, pero de pronto mi rosario es el más sensual objeto que he conocido; no puedo sino percibir la sutil suavidad de sus cuentas entre mis dedos y esa dureza comienza a parecerme lo más apetecible del mundo entero. Entonces, la perversión se apodera de mí y mueve mi cuerpo de las formas más extrañas y así, como presa de un instinto absurdo, no puedo más que llenar mi vacío con cada una de las cuentas del rosario y sentir la culpa de este sacrilegio carcomiendo mi alma. ¡Estoy sellando mi perdición! 

¡Oh! Sofía! solo dios sabe la vergüenza que siento de mi misma y lo mucho que evitaría tener que contarte todo esto si pudiera.... pero Los Espíritus reclaman cada noche saciar mi hambre y mucho me temo que he caído ya reiteradas veces en la seducción de estos monstruos, embriagada de este nuevo sentido sutil y seductor.

Como verás, mi corazón ya no cuenta con la limpieza requerida para adorar a nuestro señor y temo el monasterio me cierre pronto las puertas. Recurro a ti porque sé que conoces bien el mal que enfrento; espero tu experiencia y cariño puedan guiarme en la mejor manera para liberarme de este tormento. 










sábado, 2 de noviembre de 2019

28

Llevo muchos días pensando en escribir... y evadiendo todas mis fuerzas esa necesidad abrumadora que comenzaba a crecerme dentro.

Llevo tanto sin escribir... 

He estado pensando hace meses en esto, preguntándome por qué lo que antes me llenaba tanto se había ido de mí... como arena entre mis dedos, deslizándose suave y constantemente, sin darme tiempo a comprender lo que sucedía... Pero lo cierto es que fui una testigo completamente consciente del lento proceso de abandonar la escritura. Sentí en mi pecho como la intensidad del mundo comenzaba a romperme y como cada vez que escribía me conectaba con ese dolor. Percibía como lo que antes había sido un puente entre dos almas ahora me recordaba demasiado el vacío... 

El dolor se hizo silencio y con el tiempo... de la nada, llegó la felicidad. Fue sorpresivo, pero anhelado... no sabía como integrar estas nuevas emociones al sufrimiento que llevaba por dentro, como un duelo que me acompañará por siempre. Lo sé. Aún ahora sigue en un rincón, pero es pálido, tenue, polvoriento...

Es verdad que el tiempo cura... no por sí solo, pero nos ayuda. Con el tiempo el sufrimiento fue menguando y el sol saliendo, nuevas experiencias, un nuevo amor, unas nuevas ganas de vivir. Ya no quería recordar... no quería sentir ese vacío agónico. Escribir y sufrir se encontraban ahora íntimamente ligados para mi. Siempre escribí como una catarsis, para sacar fuera los llantos que no podía expresar... ahora, temía que de alguna forma la felicidad se fuera yendo si volvía a escribir... y dejé de hacerlo.

El 30 de Octubre cumplí 28 años.
Tengo 28 años. Aún es difícil para mí creerlo... Siento que el mundo se a expandido infinitamente desde hace un tiempo. Octubre ha sido el mes más intenso desde hacia mucho tiempo... para mí, para mi país...

Siento que he avanzado... he vivido y sigo viviendo mis propias revoluciones. Quien ha iniciado este camino lo ha experimentado... ver de pronto aparecer edificaciones gigantes sobre las cuales hemos construido el sentido, estructuras que antes nos habían sido imperceptibles y de la nada se erigen como torres  imponentes, magnificas... pero viejas y grises. No solo he visto estas torres emerger de la nada, también las he visto derrumbarse con una rapidez abrumadora, levantando una nube de polvo que todo lo cubre, trayendo el caos y la confusión. Son Sentidos adquiridos desde la más tierna infancia en el suelo, destruidos, hechos añicos... 

La vida es el más intenso viaje. 

 Afortunadamente, el derrumbe de estas gigantes construcciones también han traído consigo una liberación abrumadora. La tensión constante que implicaba resistir en el pequeño rol que me habían asignado, ha comenzado a soltarse poco a poco, el horizonte comienza a ampliarse y creo que he sumado una nueva gama de colores al espectro. 

Todo es igual y al mismo tiempo todo ha cambiado 

Tengo 28 años y recién comienzo a comprender de verdad que el viaje es mio... He decidido estar aquí y ahora decidiré moverme un poco. Sé que el proceso que inicio será difícil... pero comienzo a adquirir mis propias certezas, comienzo a dejar el equipaje pesado, comienzo a ver dónde quiero estar...



Y en serio, solo querer estar es un avance para mí...













domingo, 14 de julio de 2019

 He encontrado la salida del laberinto y puedo proclamar a gritos que el paraíso no existe. Toda la vida nos han mentido; los dioses son tiranos que hemos creado. Me siento cada vez más sucia y malvada solo por ser parte de este mundo terrible.

Me florecen crisantemos en el pecho, pero de alguna forma los sutiles pétalos adquieren el filo de una espada... y me rompen por dentro, a medida que crecen, lento... muy lento


sábado, 8 de junio de 2019

El mundo vibra constantemente. Y esa vibración emite un sonido mudo, constante, total... los humanos parecen haberse habituado a él, actúan como si no lo escucharan y cuando hago alusión a este sonido me miran extrañados y algo asustados, como si se encontraran frente a alguien a punto de enloquecer.

Hay días en que siento todo tan fuerte que el sonido del mundo se hace intolerable y desearía morir para huir de él... requiero silencio, calma... pero me encuentro confundida vibrando a gritos dolor y rabia.

El mundo parece un mal lugar para vivir, me extraño de ver a los humanos funcionando tan bien, ignorando el dolor que llena cada rincón de la tierra. Han aprendido -de una forma que ignoro y que tal vez ansío- a separarse de la totalidad y sentir únicamente lo que le compete a su cuerpo material, preocupándose con algo de suerte solo de aquellos que le son más allegados. No oyen el sonido del mundo, no sienten la agonía de los demás -tampoco su felicidad- y parece que esto se ha constituido en un mecanismo defensivo que les permite tolerar la existencia en este lugar.

Por otra parte, esa misma separación de la totalidad les permite dañar de formas inimaginables a la naturaleza y a las personas sin sentir absolutamente nada...

Este mundo me abruma en infinitas maneras y mi mente, harta del sonido y el dolor, solo busca desesperadamente la paz.

Alguna vez escuchaste el sonido del mundo.
Sé que ahora sientes la herida en mi pecho 
El dolor

domingo, 3 de marzo de 2019

La vida se diluye poco a poco en la rutina
El gris parece el color natural del mundo.

La agonía voló con las gaviotas
La vida se fue entre sus plumas...






miércoles, 30 de enero de 2019

Colapsos

Tengo una vocación que quizás sea mi condena.
Una sobre empatía que me va quebrando de a poco...




Tengo frente a esta persona indefensa, desestructurada, envuelta en el caos más absoluto, con el cuerpo convulsivo y el sinsentido a flor de piel y tengo que calmarla, tengo que contenerla y decirle que todo estará bien... aunque no lo sé. La tranquilidad vuelve de a poco... la crisis a pasado, la "bella indiferencia" se apodera de ella, el mundo vuelve a ser un lugar habitable y su frágil psique vuelve a funcionar "como se esperaría".

Yo tengo que seguir mi camino... y lo sigo. Estuve donde tenía que estar, hice lo que tenía que hacer... pero algo de eso se quedó en mi... y ya no me deja vivir.

.
...
......
.........
.............

Siento que no puedo más con tanto dolor que debo presenciar, tantas heridas abiertas, tantos niños que sufren al punto de perderse y no poderse encontrar, al punto de convulsionar y romperse a sí mismos, al punto en que no pueden más... Siento que no tolero este rol que tengo, la respuesta estatal para intentar enmendar el daño que otros han ocasionado... el estado es el mayor vulnerador de nuestros niños; los vulnera cuando no los protege, los vulnera cuando no hace justicia por ellos, cuando deja libres a sus abusadores, cuando cuestionan sus relatos quebrados por el dolor, cuando no les da atención que necesitan, cuando se olvida que son personas y solo los ve como un número al que hay que responder...

No quiero seguir siendo parte de esto, no quiero seguir presenciando el dolor en este estado, no quiero seguir siendo un ensamblaje más en la inoperante máquina estatal que se llena la boca al hablar de los derechos del niño pero no hace más que vulnerarlos una y otra vez...

Y sin embargo ¿Qué hacer si no?


 T odo el universo convive en mi interior.  Todo. Silencio Se oye el pulso del mundo como nunca pálido la tierra va a dar a luz un árbol. To...