jueves, 20 de febrero de 2020

Todo iba bien hasta que me topé con tus miserias.
Odio los fantasmas que aún me dominan
La distancia se me hace eterna y dolorosa...



Este día he amanecido muerta, y aunque he intentado cumplir con lo que debía, lo cierto es que el cuerpo solo me pide sepultura. A veces los días son pesados y el respirar se vuelve fatigoso.

El sol es hermoso pero solo contrasta con mi alma; fría, oscura y tan habitual...

Sería bueno al menos entender por qué de vez en cuando el alma se me triza y los fantasmas me llevan a esos rincones de melancolía ¿por qué hoy y no anteayer? ¿hay algún motivo para este súbito cambio en mis tristezas?

Intuyo cosas que desconozco todo el tiempo, a veces lo llevo bien... son cosas alegres y fascinantes. Otras veces son cosas terribles que parecen clavar un puñal en mi pecho... intento ir más allá de esa intución y saber el detalle de lo que sucede. ¿Pero cómo? ¿Cómo saberlo?

A veces me siento enloquecer... Tengo un latir ajeno que siento dentro y palabras de otras partes visitan mi cabeza... resulta infrecuente, pero me asustan y conmueven. No son claras, su mensaje es confuso y a veces me dan miedo...

Una vez tuve una amiga... era como yo, aunque no sé bien qué significa eso. Un día en silencio, mirando las nubes comprendimos que había algo más grande en el mundo; una fuerza, una conección... Lloramos en silencio. Me dijo que yo era especial y que quizás ella también lo era... pero que necesitaba calzar, necesitaba ser parte del grupo, con las demás... Nada volvió a ser igual... Escondió su esencia en lo más profundo y se fue con las demás a ser parte del mundo. Me pregunto si a veces...

Pero no...
A donde viaja mi alma ahora no es hacia ella. Tu lo sabes. A veces imagino que tienes todas las respuestas, pero cada vez que te veo solo traes más preguntas. Estoy cansada ¿sabes eso? he comenzado a olvidar tu aroma, tu voz... tu sentido ¿exististe alguna vez? ¿Existes ahora?

Me desfragmento un poco.
Todo duele y es habitual. Es tan cómodo dejar de esforzarse... solo abandonarse a este dolor. ¿Por qué siempre tengo que luchar? No quiero ser por siempre esa niña quebrada... Sé que he cambiado... es solo que hoy... hoy estoy cansada... hoy he amanecido muerta.









4 comentarios:

  1. Ése sentimiento lo he tenido yo muchas veces, cualquier lucha conlleva un agotamiento , al menos sino vislubras victoria alguna, entonces es normal dejarse vencer.

    Un abrazo.

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    1. Así es... de pronto dejarse vencer es lo mejor. Mañana será otro día...

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  2. Cuando la mente sufre, el cuerpo paga las cuentas.

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