domingo, 23 de febrero de 2020

Me descubro soñando despierta que de un día a otro apareces en mi puerta.
Me descubro siendo absurda, emocionada de nuevo por lo que no será.

                                                     Nunca será.

                                Vienen palabras inconexas a mi mente:

                                                          Vacío,
                                                              .
                                                             ...
                                                           ......
                                                          .........

                                                          Amor
                                                              .
                                                              .
                                                              .



              Miedos...
                          Tantos miedos.


                                                                     ¿Vamos a hacernos esto de nuevo?
                                                               ¿Jugaremos a rompernos el alma como antes?


                           ...
                              ...
                         ...


Eres otro

               Yo soy otra...

El tiempo pasa y todo ha cambiado
                                                                                       ... y nada ha cambiado.





He llegado a disfrutarlo. Sí.

Inhalar profundo
Cerrar los ojos y viajar...
Sentir...


Todo es perfecto antes de la culpa
¿Has venido a compartirme algo de la tuya?


Espero con miedo el próximo momento
cuando arrepentido y cobarde te diluyas de a poco...
y yo me quede...
                         
                                                 con este dolor.



















sábado, 22 de febrero de 2020

Este día tuvo una melancolía añeja.
El halo de un recuerdo...
de una herida...
de un latir.

Todo este día fue de los dos
                                                     ¿Lo sentiste?

Un recuerdo del futuro, 
un fantasma de lo-que-no-fuimos
acompañando cada acción
cada saludo, cada risa
cada mirada perdida

Marcandome por dentro
a lo lejos
pero eterno...




         Lo odio .
                           .
                                .
                                       .

                                                                                                                           







                                                                                                                                        Y lo amo tanto...














jueves, 20 de febrero de 2020

Todo iba bien hasta que me topé con tus miserias.
Odio los fantasmas que aún me dominan
La distancia se me hace eterna y dolorosa...



Este día he amanecido muerta, y aunque he intentado cumplir con lo que debía, lo cierto es que el cuerpo solo me pide sepultura. A veces los días son pesados y el respirar se vuelve fatigoso.

El sol es hermoso pero solo contrasta con mi alma; fría, oscura y tan habitual...

Sería bueno al menos entender por qué de vez en cuando el alma se me triza y los fantasmas me llevan a esos rincones de melancolía ¿por qué hoy y no anteayer? ¿hay algún motivo para este súbito cambio en mis tristezas?

Intuyo cosas que desconozco todo el tiempo, a veces lo llevo bien... son cosas alegres y fascinantes. Otras veces son cosas terribles que parecen clavar un puñal en mi pecho... intento ir más allá de esa intución y saber el detalle de lo que sucede. ¿Pero cómo? ¿Cómo saberlo?

A veces me siento enloquecer... Tengo un latir ajeno que siento dentro y palabras de otras partes visitan mi cabeza... resulta infrecuente, pero me asustan y conmueven. No son claras, su mensaje es confuso y a veces me dan miedo...

Una vez tuve una amiga... era como yo, aunque no sé bien qué significa eso. Un día en silencio, mirando las nubes comprendimos que había algo más grande en el mundo; una fuerza, una conección... Lloramos en silencio. Me dijo que yo era especial y que quizás ella también lo era... pero que necesitaba calzar, necesitaba ser parte del grupo, con las demás... Nada volvió a ser igual... Escondió su esencia en lo más profundo y se fue con las demás a ser parte del mundo. Me pregunto si a veces...

Pero no...
A donde viaja mi alma ahora no es hacia ella. Tu lo sabes. A veces imagino que tienes todas las respuestas, pero cada vez que te veo solo traes más preguntas. Estoy cansada ¿sabes eso? he comenzado a olvidar tu aroma, tu voz... tu sentido ¿exististe alguna vez? ¿Existes ahora?

Me desfragmento un poco.
Todo duele y es habitual. Es tan cómodo dejar de esforzarse... solo abandonarse a este dolor. ¿Por qué siempre tengo que luchar? No quiero ser por siempre esa niña quebrada... Sé que he cambiado... es solo que hoy... hoy estoy cansada... hoy he amanecido muerta.









miércoles, 12 de febrero de 2020

Sheyla

Mataron a Sheyla.
Lo hicieron porque podían, así de simple. Sin ningún motivo más que su capacidad de hacerlo...

Era una buena persona, le gustaban los perros, confiaba en la gente, amaba el chocolate y la música de Bob Dylan. Tenía un coqueto mechon rosa en el pelo y una mariposa tatuada en la espalda.

La mariposa avisó; esta es Sheyla gritaba con tristeza manchada de sangre. La foto apareció en todas las noticias del día siguiente.
Así se enteró su madre que Sheyla no llegaría más.

Salió más tarde de su trabajo en el cine. La función de las 10 se demoró porque a un joven se le perdió el celular. Tuvo que volver a abrir la sala, ayudarlo a buscar el teléfono, volver a cerrar. Nadie la esperó. Todos conocían a Sheyla y asumieron que alguien más la esperaría. Todos pensaron lo mismo, nadie se quedó con ella. Sheyla salió del cine sola. Tenía miedo, ya era tarde... Solo eran 4 cuadras hasta la estación del metro ¿que son 4 cuadras? Nada.

Habló con Andrea, le reclamó porque no esperaron por ella. Andrea se disculpó y acordaron ir al karaoke después de la función del sábado. Todo estaba bien, pero Sheyla tenía miedo. Se le acercó un tipo a pedirle fuego, no tenía. Siguió su camino. Solo tres cuadras más.

Dobló por la esquina de Alessandri, los árboles se veían más grandes de lo normal. Los autos pasaban por la calle, la luz roja del semáforo iluminó su cara. "hay gente" pensó- como si eso fuese una buena señal, como si eso la protegiera del mal. Luz verde, solo dos cuadras más. El bullicio de la calle de día resulta ensordecedor, pero por la noche solo pasa un auto o dos, nadie más camina por la vereda. Sheyla está sola y tiene miedo.

Otra esquina, la luz roja del semáforo. Sheyla se detiene y ve frente a ella a otra mujer esperando cruzar. "No estoy sola piensa". Entonces alguien la abraza por la espalda y la mueve hacia la calle, Sheyla no ve su cara pero se resiste; un forcejeo breve, un golpe, luego otro. Sheyla es arrastrada a un auto que esperaba la luz roja por un hombre grande con demasiada fuerza.

Lo último que Sheyla ve es la cara de la mujer frente a ella, con pánico, petrificada, sin saber que hacer. Sheyla está ya dentro del auto, inmovilizada, la luz del semáforo cambia, la otra mujer corre y comienza a gritar por ayuda. El auto se aleja con Sheyla dentro.

Sin ningún motivo.
No la conocían...
No les importó quien era...
Era una mujer. Ellos la querían. Ellos podían...




 T odo el universo convive en mi interior.  Todo. Silencio Se oye el pulso del mundo como nunca pálido la tierra va a dar a luz un árbol. To...