Es un mal
día, uno que no merece música de fondo ni iluminación de verano. Un día que
tiene todo lo que debe; nubes grises, ambiente frío, pájaros distantes y soledad.
Un tic tac añejo se oye a lo
lejos, truenos tímidos comienzan a asomarse y los ladridos huecos de los perros
callejeros me recuerdan que uno siempre puede estar más solo.
Ojalá venga aún más frío.