Me preparo un café mientras pienso en este día de mierda, lleno de cosas que no quiero hacer. De partida tengo que levantarme cuando yo solo quisiera quedarme en la cama para siempre... ¡Ah! que tedio, que cansancio, que desanimo de vivir este hoy
¿Cuando mi vida se convirtió en esto?
¿En que momento perdí mis ganas de vivir?
Tengo que ir a la casa de Alessandra ¡cómo detesto a esa mujer! su parloteo incesante, su casa de murallas pulcras, sus arrugas mal camufladas tras kilos de maquillaje... "Es por tus hijos" me repito incesantemente, pero a veces pareciera que eso no basta
¿Soy un mal padre por eso?
A veces realmente odio ser padre, aunque las ame a ellas... odio estas responsabilidades, tener que levantarme con todo este calor, atravesar la ciudad entera para ver a alguien como Alessandra y así poder pagar la hipoteca, los colegios, los doctores, la comida...
¿Dónde están mis ganas ahora?
¿En que lugar se han escondido?
Subo sin animo al segundo piso de una casa que se cae a pedazos mientras pienso que debo ir al banco antes de que cierren y comprar el regalo de cumpleaños de mi madre. Entonces me encuentro a Yeudiel ya vestida en mitad del pasillo. Me sorprende lo rápido que ha crecido, hace solo unos meses debía vestirla y peinarla, prepararle sus cosas para ir a la escuela... ahora me mira enfadada; reclama que Adamit ya tiene hambre y que yo tengo la cara de quien no duerme hace siglos.
¿Cuando fue la ultima vez que dormí plácidamente?
¿Fue la noche antes de que ella se fuera?
Me causa gracia verla así, tan pequeña y mandona, se parece a su madre... por eso la amo, por eso sufro un poco cada vez que la veo y al mismo tiempo me lleno de alegría... Ella vive en Yeudiel y Adamit.
Supongo que esto es la vida... realmente estaba equivocado cuando quería crecer. ¿Será así para todo el mundo? ¿Vivirán lo mismo las personas de Asia o América? ¿mirarán sus cafés antes de enfrentar el día y se preguntarán que fue de la persona que una vez quisieron ser?
Dejo a las chicas arriba y bajo a terminar mi café, quizás pase a ver a Alessandra primero y luego con la excusa de visitar un banco pueda irme más pronto de ahí... Mis pensamientos son cortados en seco por un extraño sonido que atraviesa el cielo y un estruendo que parece retumbar en todas partes. La tierra tiembla.
¿Qué fue eso? Escucho a Adamit llorar y otro estruendo aun más fuerte que el anterior. Mis hijas gritan.
¿Que sucede? Subo corriendo por mis niñas, veo a Yeudiel abrazando a su hermana, veo el miedo en sus ojos, siento el miedo en mi sangre, los sonidos se agolpan uno tras otro la tierra tiembla. Sson explosiones, una tras otra ¿pero de qué?. Bajo con mis niñas al primer piso, las abrazo y espero a que todo acabe pero el tiempo parece detenido entre estruendo y estruendo, este segundo no acabará más nunca. Salgo de mi casa, veo a mis vecinos y palpo su miedo, mi miedo. Nos atacan Usama! Nos atacan, grita mi vecino al tiempo que una explosión destroza la casa de la esquina.
Nos atacan, nos atacan...
Veo a mis hijas llorando sin comprender nada
¿Quién nos ataca? las abrazo fuerte. Todo va a pasar les digo sin esperanzas. La vida acaba de cambiar y quisiera volver a hacerme el café y pensar en dejar a mis hijas en su escuela, visitar a Alessandra e ir al banco. La rutina que hace unos minutos odiaba hoy es el lugar más seguro que puedo imaginar...
Un nuevo estruendo sacude la ciudad.
Nos atacan ¿por qué nos atacan? Adamit llora desconsolada, Yeudiel quieta como una estatua grita el pánico por los ojos
¿Qué debo hacer? ¿Dónde ir? La tierra que me dio cobijo hoy es el blanco del odio ajeno. Mis vecinos corren y yo tomo a Adamit en un brazo y doy la mano a Yeudiel para comenzar a correr también... no sé donde voy, solo los sigo a ellos. Aquí no es seguro, pero ya no sé que lugar lo es...