Temo lo burdo de todo cuanto podría decir sobre lo que he vivido.
Cualquier palabra, por más bella que sea, sería sólo un murmullo al lado de la sublime experiencia que Dios me ha dado.
Y pienso...
y Temo...
Temo enfadar a los cielos por creerme merecedora de tal regalo.
Mas he conocido esta nueva palabra;
la "Gracia".
Mi corazón está hoy
rebosante de amor
por la gracia de Dios.