martes, 26 de noviembre de 2019

Queridísima Sofía:

Agradezco tu carta y la preocupación que en ella reflejas. Yo estoy bien, los días transcurren lentos en este asilo de las horas. El sol me empuja por la mañana y acompaña mi día como un testigo lento y cansado. Las labores son aquí las mismas que las de allá; me baño temprano por la mañana con el agua fría de una ducha oxidada, en un baño amplio y gélido que aumenta como nada mi sensación de soledad. Luego, voy al comedor donde tomo desayuno con las otras hermanas; un desayuno insípido que nos recuerda el verdadero significado de la austeridad. El silencio reina en todo el monasterio y el canto de las aves me recuerda constante que he abandonado mi libertad.


El voto de silencio ha comenzado a resultarme un gran regalo, permite evitar las conversaciones triviales y me da tiempo para navegar en mi mente tormentosa. Agradezco ampliamente este tiempo y silencio y disfruto de ambos mientras el sol dibuja un arco en el cielo... 

No obstante, querida Sofía, el mundo aquí no es simplemente de ensueño... Recientemente he comenzado a ser víctima de los más terribles espíritus. Han entrado en mi pupila un día mientras me quedaba dormida y me visitan cada día a la hora de dormir. Me hacen pensar en cosas terribles... terribles, carnales y terrenas... intento borrarlas de mi mente de inmediato, pero al mismo tiempo las quiero... deseo esas cosas terribles y ansío con un hambre voraz poder sentir una caricia, un beso... quizás algo más.

Los espíritus me brindan las más burdas imágenes de cuerpos varoniles... y sin entender como, siento que mi cuerpo se expande y mi respiración aumenta. Temo que las otras hermanas perciban de algún modo que al demonio que me habita. Intento con esquivo éxito concentrarme en mi oración, pero de pronto mi rosario es el más sensual objeto que he conocido; no puedo sino percibir la sutil suavidad de sus cuentas entre mis dedos y esa dureza comienza a parecerme lo más apetecible del mundo entero. Entonces, la perversión se apodera de mí y mueve mi cuerpo de las formas más extrañas y así, como presa de un instinto absurdo, no puedo más que llenar mi vacío con cada una de las cuentas del rosario y sentir la culpa de este sacrilegio carcomiendo mi alma. ¡Estoy sellando mi perdición! 

¡Oh! Sofía! solo dios sabe la vergüenza que siento de mi misma y lo mucho que evitaría tener que contarte todo esto si pudiera.... pero Los Espíritus reclaman cada noche saciar mi hambre y mucho me temo que he caído ya reiteradas veces en la seducción de estos monstruos, embriagada de este nuevo sentido sutil y seductor.

Como verás, mi corazón ya no cuenta con la limpieza requerida para adorar a nuestro señor y temo el monasterio me cierre pronto las puertas. Recurro a ti porque sé que conoces bien el mal que enfrento; espero tu experiencia y cariño puedan guiarme en la mejor manera para liberarme de este tormento. 










sábado, 2 de noviembre de 2019

28

Llevo muchos días pensando en escribir... y evadiendo todas mis fuerzas esa necesidad abrumadora que comenzaba a crecerme dentro.

Llevo tanto sin escribir... 

He estado pensando hace meses en esto, preguntándome por qué lo que antes me llenaba tanto se había ido de mí... como arena entre mis dedos, deslizándose suave y constantemente, sin darme tiempo a comprender lo que sucedía... Pero lo cierto es que fui una testigo completamente consciente del lento proceso de abandonar la escritura. Sentí en mi pecho como la intensidad del mundo comenzaba a romperme y como cada vez que escribía me conectaba con ese dolor. Percibía como lo que antes había sido un puente entre dos almas ahora me recordaba demasiado el vacío... 

El dolor se hizo silencio y con el tiempo... de la nada, llegó la felicidad. Fue sorpresivo, pero anhelado... no sabía como integrar estas nuevas emociones al sufrimiento que llevaba por dentro, como un duelo que me acompañará por siempre. Lo sé. Aún ahora sigue en un rincón, pero es pálido, tenue, polvoriento...

Es verdad que el tiempo cura... no por sí solo, pero nos ayuda. Con el tiempo el sufrimiento fue menguando y el sol saliendo, nuevas experiencias, un nuevo amor, unas nuevas ganas de vivir. Ya no quería recordar... no quería sentir ese vacío agónico. Escribir y sufrir se encontraban ahora íntimamente ligados para mi. Siempre escribí como una catarsis, para sacar fuera los llantos que no podía expresar... ahora, temía que de alguna forma la felicidad se fuera yendo si volvía a escribir... y dejé de hacerlo.

El 30 de Octubre cumplí 28 años.
Tengo 28 años. Aún es difícil para mí creerlo... Siento que el mundo se a expandido infinitamente desde hace un tiempo. Octubre ha sido el mes más intenso desde hacia mucho tiempo... para mí, para mi país...

Siento que he avanzado... he vivido y sigo viviendo mis propias revoluciones. Quien ha iniciado este camino lo ha experimentado... ver de pronto aparecer edificaciones gigantes sobre las cuales hemos construido el sentido, estructuras que antes nos habían sido imperceptibles y de la nada se erigen como torres  imponentes, magnificas... pero viejas y grises. No solo he visto estas torres emerger de la nada, también las he visto derrumbarse con una rapidez abrumadora, levantando una nube de polvo que todo lo cubre, trayendo el caos y la confusión. Son Sentidos adquiridos desde la más tierna infancia en el suelo, destruidos, hechos añicos... 

La vida es el más intenso viaje. 

 Afortunadamente, el derrumbe de estas gigantes construcciones también han traído consigo una liberación abrumadora. La tensión constante que implicaba resistir en el pequeño rol que me habían asignado, ha comenzado a soltarse poco a poco, el horizonte comienza a ampliarse y creo que he sumado una nueva gama de colores al espectro. 

Todo es igual y al mismo tiempo todo ha cambiado 

Tengo 28 años y recién comienzo a comprender de verdad que el viaje es mio... He decidido estar aquí y ahora decidiré moverme un poco. Sé que el proceso que inicio será difícil... pero comienzo a adquirir mis propias certezas, comienzo a dejar el equipaje pesado, comienzo a ver dónde quiero estar...



Y en serio, solo querer estar es un avance para mí...













 T odo el universo convive en mi interior.  Todo. Silencio Se oye el pulso del mundo como nunca pálido la tierra va a dar a luz un árbol. To...